Este tema como otros muchos que con sus decisiones está llevando a cabo la Administración es del todo injusto, ya que son muchos los compañeros/as que llevan tiempo y dinero gastado en formarse, aprender idiomas, participar en proyectos y realizar estudios para mejorar sus puntuaciones y con ello, haber podido este año cambiar de destino. Y son muchos los docentes que llevan incluso años esperando cambiar de centro y veían en este curso escolar la posibilidad y la esperanza de ver este sueño cumplido. Es un derecho que tenemos los docentes a la movilidad geográfica y ahora también, esperemos que de una manera también muy excepcional, nos lo quitan.
Este hecho impedirá el agrupamiento familiar de muchas familias y que cientos de profesores y maestros sigan sin obtener un destino definitivo con la inestabilidad que ello genera.
Detrás de la elección en la participación en el concurso de traslados hay tantas historias, no solo el que quiere estar cerca de la gran ciudad por las comodidades que ello implica, si no el que debe estar cerca de sus padres, o de sus hijos, o de su marido o mujer, o de su pueblo, o de un largo etcetera de posibilidades.
Como defensora del profesor sé muy bien de la ansiedad que genera el no estar donde quieres o con quien quieres. La ansiedad de estar en un centro donde no deseas estar y haces lo posible e imposible por acumular puntuación para de una manera justa e imparcial opte con todos los derechos a un puesto docente en otra localidad o centro.
Quizás podamos pensar que las comisiones de servicio sean la panacea, pero no es así, solo suponen un parche y na abarcan la numerosa casuística y problemática que se da en un puesto como el que nos ocupa. Además en numerosas ocasiones deja mucho que desear sobre la transparencia en la concesión de las mismas.
Por tanto, ruego e incluso exijo que este hecho no se vuelva a repetir e incluso quizás estemos a tiempo de solventar en el presente curso por el bien y la salud emocional de muchos compañeros.
